lunes, 18 de agosto de 2014

ALMEJAS ASIATICAS EN EL ESLA


La almeja asiática, Corbicula fluminea, ha llegado al Esla. Esta especie invasora coloniza ya los tramos bajos y ayer mismo pudimos comprobarlo en el último tramo leonés del Esla, cerca de Benavente. Son malas noticias para este río, que ya cuenta con alburnos, bases, lucios, visones, percasoles… una lista interminable de invasores.

La primera cita en España data de 1989 en Pontevedra, donde en poco tiempo colonizó el Miño. Otras cuencas como el Ebro o el Guadiana vinieron después, donde actualmente forman colonias de millones de individuos.

En la cuenca del Duero se había citado en Burgos, Salamanca, Soria, Valladolid y la última cita era de 2008 en Palencia, en aguas del río Carrión. En León ya había sido citada en el Sil, llegando ahora al bajo Esla, puerta de entrada a los principales ríos trucheros de la provincia.

 
¿Qué efectos tiene un invasor como este? A primera vista, no se come los peces o trasmite alguna enfermedad que acabe con la pesca. Pero cualquiera que conozca un poco del ecosistema de un río, sabe que sus efectos pueden ser devastadores.

Como todas las almejas es un animal filtrador, vive enterrada en el fango filtrando plancton y detritos y pasando totalmente desapercibida. Su capacidad de filtración es enorme y como primer efecto compite y desplaza a nuestras almejas autóctonas, las desconocidas náyades, muy castigadas ya por dragados, obras y contaminación.

Como segundo efecto prolifera de tal forma que llega a formar colonias de millones de individuos. Recientes trabajos en el río Miño, muestran que C. fluminea ha pasado a ser el principal componente bentónico en dicho río. Es decir, literalmente “alicata” los fondos, que pasan a ser un fondo de almejas filtradoras que consumen el plancton y los nutrientes, desmoronando la red trófica del río. Si no hay nutrientes que inicien el ciclo, el río se convierte en un desierto sin vida.

Un tercer efecto ocurre cuando estacionalmente cambian las condiciones ambientales y se produce una mortalidad masiva de la población. Una enorme cantidad de almejas muertas se descomponen en el fondo, alterando de nuevo todo el ecosistema.

Las almejas asiáticas se suman a otros moluscos invasores (mejillón cebra), a peces invasores (lucios, luciopercas, siluros, alburnos, huchos…), mamíferos invasores (visones, mapaches, coipús..), reptiles invasores (tortugas de florida…), crustáceos invasores (cangrejo rojo, señal…), algas invasoras (Moco de roca)…en una lista interminable de especies que destrozan nuestro patrimonio natural y cuestan millones de euros al año.

El mundo se globaliza y se hace pequeño, y la suma de nuestros errores empobrece nuestra vida y la vida del planeta. Tal vez dentro de un tiempo, debamos construir un nuevo arca de Noé en medio de un mundo asolado por el diluvio. ¿Cuántas parejas de seres podremos salvar entonces?