miércoles, 2 de octubre de 2013

MALDITOS TRAMPOSOS

Hace una semana, saliendo tarde de trabajar, arañé un rato a la cena para tomarme una cerveza. La ocasión lo merecía, nuestro representante en el consejo provincial de pesca traía noticias frescas sobre nuestras propuestas. Había fútbol en la tele del bar y me costaba entenderle, le pedía que me lo repitiera por segunda vez y hasta una tercera. " A  ver si lo he entendido bien, ¿dices que esa es la propuesta de la Junta? ¿Estás  seguro?"
El 2013 era nuestro año. Con los dedos cruzados esperamos ese rincón del BOCyL donde la nueva ley de pesca de Castilla y León fuera definitivamente aprobada. Los últimos rumores ya le ponen fecha a finales de octubre. Una ley que podía haber sido promulgada en cualquier parlamento nórdico pero que ha sido parida aquí, en la tierra de la boina y el calcañar. Algo inédito.
El consejo de pesca de León, como el resto de consejos provinciales es un órgano consultivo, una ventana abierta donde ecologistas, pescadores, deportistas o científicos pueden traer sus propuestas a la Administración antes de aprobar la orden anual de vedas.
Pero esta vez ha sido la Administración la que traía las propuestas, por escrito y sin afán de negociar nada, únicamente de "informar" de los que se llevará al consejo autonómico y de allí a la normativa anual de pesca.
El espíritu de la nueva ley declara a la trucha como "especie de interés preferente" y plantea la pesca como una actividad que ha de ser sostenible. Por ello, si no existe un plan de gestión que garantice la sostenibilidad de las poblaciones, la pesca ha de ser, por defecto, siempre sin muerte.
Este es el punto de partida. La primera piedra de un edificio complejo pero posible: que siga habiendo peces para  que la pesca cree riqueza y genere futuro.
No hay plan de gestión más barato que la pesca sin muerte. Gestionar con muerte es caro y exige un ejercicio de malabarismo casi imposible, donde nunca se contenta a nadie.
Pero la Junta de Castilla y León, a pocos días de promulgar su nueva ley de pesca redacta un listado de propuestas que la amordazan, haciendo la trampa antes que la ley.
Todos los cotos de la provincia pasan a ser CON MUERTE y los tramos libres, que por defecto deberían ser sin muerte, se acotan y recortan reservando los mejores tramos para que sigan siendo con muerte bajo el nombre "Cotos en Régimen Natural" (será que lo "natural" es matar truchas) y a los que se accede "con un pase de control a precio reducido".
Veinte años peleando metro a metro cada nuevo tramo sin muerte (libre o acotado) tirados a la basura en una sola propuesta.
En el consejo de Salamanca, días después, la misma propuesta.  El resto de provincias irán por el mismo camino a lo largo de este mes.

Vivimos malos tiempos y no sólo para  la lírica. Son malos tiempos para soñar el  futuro.
Necesitamos liquidez. Así que vendamos el ajuar de la abuela, arrasemos la herencia de nuestros padres y derrochemos los ahorros de veinte años sacrificando las truchas de todos por un puñado de euros. Cuando terminemos, recojamos nuestras monedas y contribuyamos a ajustar el presupuesto de alguna empresa pública o algún departamento oficial. Uno de esos que ya no gestionan casi nada porque todo fue vendido, subcontratado o privatizado.
Y el domingo, con los amiguetes y la familia, preparemos una buena parrillada de truchones del Tormes, unas sopas de ajo con las truchas de Felmín o unos escabeches con las truchas de algún desaparecido libre sin muerte. Llenaremos de doradas truchas del Duerna los arcones de suegras y cuñadas  hasta que la navidad  obligue a hacer sitio y acaben entre mondas de naranja en el fondo de la basura.

Comamos y bebamos amigos, que el mañana no existe. Saciados y borrachos será más fácil que nos desnuden y nos roben la ropa, dejando nuestras vergüenzas al aire, porque hay que ser fieles a la tradición, esa que opina que las culpa siempre es de otros y que yo no puedo hacer nada, porque no  va a cambiar nada.

Yo he tirado mi boina, prefiero que el aire me despeje las ideas.
Y después de cagarme en todo, voy a hacer algo. Me lo pide el cuerpo.

   

3 comentarios:

  1. Yo la he firmado hace días. No tengo palabras..................... Esto es una involución de todo, no solo en el ámbito de la pesca, pretenden volver a los años 20 en todos los ámbitos.

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  2. Yo también he firmado y sigo perplejo desde la distancia. En Zamora estamos acostumbrados a este tipo de tropelias, pero joder, pensaba que la nueva Ley iba a cambiar todo. No soy muy optimista, pero no podemos quedarnos parados.

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  3. Me parece algo IMPOSIBLE DE COMPRENDER salvo que:

    - Sean estúpidos y no les importe tirar por la borda el trabajo de la naturaleza de tantos años.

    - Sean unos inconscientes y solo vean la pasta (no demasiada) que van a sacar vendiendo más permisos.

    - Sean unos astutos politiqueros y hayan hecho sus cuentas entre los pescadores con muerte que les van a votar y los sin muerte (que somos muchos menos y encima de otras Comunidades) y les salga a cuenta contentar a los primeros.

    Pero no se....

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