lunes, 15 de octubre de 2012

LA SIESTA

Tras las últimas moscas, una última echada. Con un cielo plomizo y frío la última trucha vuelve al agua para cerrar temporada.
 
 
Bajamos la calle de las truchas y nos despedimos en la orilla. Mientras dure el frío buscaremos otras calles donde pescar.
Ellas se quedan en el barrio mirando al cielo, esperando el agua, siempre contracorriente.
Nos citamos de nuevo aquí cuando pase el invierno, pero ahora nos mece la siesta mientras soñamos lances.
 
 
 
 
 

 

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