domingo, 4 de marzo de 2012

PATOSA

Media tarde, agua serena cercada por chopos que amarillean. Llevamos casi una hora de eclosión pero hay poco movimiento. El río es un campo de vuelo donde no para de aterrizar mosca. Las truchas remolonean en superficie dejando pasar casi todo. La tabla es lenta y enorme y yo estoy justo en el medio.
Con paciencia dejo pasar los minutos. Espero y espero pero sólo cuento tres truchas lejanas repitiendo postura. No quieren saber nada de mis carnes. Abro la caja. Resoplo y cambio.


Patosina en un veinte bien placada. Presentación en largo y bajada lenta por la tabla.
Como un francotirador bien colocado, lanzo desde mi garita. Atino la primera, cachete y caña al cielo. La segunda me pide repetir y la complazco, ya es mía. La tercera se ha mosqueado, retiro la mosca y doy un poco de tiempo. Cuando come de nuevo, reparo el bajo y lanzo. En la sacadera aun se pregunta que ha pasado.


Ésta es la Patosa, un modelo viejo, durmiente en la caja casi toda la temporada pero capaz de sacarte de un apuro en pocos minutos.Una mosca a tener en cuenta.
El otoño pasado fue la estrella de muchas jornadas cuando en otoño los ríos regulados se pusieron difíciles. Aunque no sabría decir por qué, en medio de una eclosión de ignitas la preferían a ella.
Cuando una mosca tan modesta tiene esta virtud, merece asiento preferente en nuestra caja.


Bien mirada comparte características de dípteros y tricópteros porque es pequeña y oscura como un díptero, pero deriva como un tricóptero con su tejadillo plateado.
La patosa se monta sobre un anzuelo del veinte o menor y en ocasiones sobre un dieciocho. Trabajando en estos tamaños hay dos elementos determinantes del montaje: apertura del anzuelo e hilo de montaje.
Los anzuelos en talla pequeña pueden dar  problemas de clavado si tienen una curvatura escasa. Después de buscar, lanzar, presentar y hacer subir una trucha a nuestra mosca, nada resulta más frustrante que perderla por un mal clavado. El remedio es buscar modelos de curva sobredimensionada que garantizen el arponeo.
Respecto al hilo, en anzuelos tan pequeños hay que hilar muy fino para no dar más vueltas de la cuenta con el habitual 8/0 y no convertir nuestra delicada emergente en una escultura de Botero. Por otra parte si racaneamos nudos y vueltas con este hilo, nuestra mosca quedará deshecha en el primer rifirrafe con una trucha o las ramas de la orilla.
Existen en el mercado multitud de hilos de la talla 10/0 hacia abajo. Algunos modelos son muy resistentes y permiten montar con desahogo y seguridad. Para esta patosa voy a usar un 17/0 cómodo y resistente con el único inconveniente de no tener color.


Cama sobre la tija y comenzamos el montaje. Como en la Pitillo nos ceñiremos al modelo "original" para que cada uno proponga sus variantes.
El cuerpo de la patosa es de condor negro. Su aspecto y textura le dan el aspecto "dipteroide" necesario. Una pluma grande de cigüeña nos da ese tono con unos rebordes blanquecinos interesantes.




Como siempre, el final del cuerpo requiere un asiento de hilo de montaje donde presentar el tejadillo. Indio acerado claro en el igualador nos darán las fibras necesarias. El tejadillo ha de ser no muy grueso, apretado y corto sin sobrepasar demasiado la curva del anzuelo.

El cuello de la patosa es particular. Se monta con unas vueltas de gris y unas vueltas de rubión, pocas y no muy largas. Un cuello corto y escaso para poder placar en el agua parada y navegar, no levitar.

El rotulador negro enmendará la falta de color del hilo de montaje.


Este modelo original es muy pescador y le soy bastante fiel aportando pocas innovaciones. Algunas temporadas he montado el cuerpo con cola de urraca, gracias a ese inconfesable vicio de pelar y desplumar cualquier pobre animal atropellado por muy aplastado que esté (no hay mejor careta de liebre que las de carretera). La cola de urraca tiene brillos increibles aunque sus fibras son débiles y sólo admiten anzuelos pequeños.



Cuanto más pequeño es el anzuelo mejor le sientan los colores chillones. La patosa amarilla no es realmente una variante sino una mosca totalmente distinta . Sólo comparte con la original el tamaño diminuto y el estilo de montaje. Es vistosa y  atrevida en sus colores y un tesoro para las truchas de verano.
Pero esta patosa es ya otra historia, de momento dejaremos la luz y los colores para cuando llegue el verano.




1 comentario:

  1. Yo y mis patrones mas "modernos" o de otras escuelas de montaje menos castizas (entendiendose por tal la española-leonesa), como son la americana o la francesa,la he sustituido por otros pequeños dipteros, porque como muy bien señalas, creo que todos nos olemos que la mayoria de las veces la toman por tal. Ese tejadillo plateado, poco espeso dandole esa apariencia translucida es genial para imitar las alas de estos pequeños dipteros o quironomidos. Eso si, tengo varias patosas dormitando en mi caja y todos los años tienen sus momentos. Tambien tengo alguna variante montando el cuerpo con pavo real y da muy buenos resultados.
    Gran articulo por cierto, enhorabuena.

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